La Cascada Ñivinco es ese lugar que no suele estar en los folletos, pero todos los que van se lo recomiendan al siguiente. El sendero es corto (menos de 2 km), pero tiene de todo: bosque, río, troncos para cruzar y, al final, una cascada que te deja sin palabras.
Lo mejor es que no necesitás ser un experto ni tener un equipo técnico. Unas buenas zapatillas, agua, y ganas de mojarte un poco los pies.
“Ñivinco no te grita, te susurra. Pero una vez que la escuchás, no te la olvidás más.”
